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El cáncer de piel de células escamosas (SCSC, por sus siglas en inglés) generalmente surge por la exposición acumulada a los rayos ultravioleta (UV) durante toda la vida, generando un daño a la piel. Es la segunda forma más común de cáncer de piel diagnosticado, luego del Carcinoma de células basales o carcinoma basocelular.

La capa superior de la piel, la epidermis, está compuesta predominantemente por células basales, células escamosas y melanocitos.
Las células escamosas son células cutáneas delgadas y planas que se encuentran en la sección superior de la epidermis y aparecen en la superficie de la piel. Como parte del mantenimiento normal de la piel, las células escamosas se eliminan constantemente, y nuevas células reemplazan a las más viejas.

Cuando las células escamosas crecen sin control y se vuelven cancerosas, se convierten en un SCSC o Carcinoma escamocelular.

La mayoría de los carcinomas epidermoides de la piel están causados por un exceso de radiación ultravioleta (UV). La radiación UV proviene de la luz solar o de las camas o lámparas bronceadoras. Proteger la piel de la luz UV puede ayudar a reducir el riesgo de carcinoma de células escamosas de la piel y otras formas de cáncer de piel.

Los carcinomas de células escamosas pueden aparecer en cualquier parte de la piel. En las personas que se queman fácilmente con el sol, el cáncer suele aparecer en zonas de la piel que han estado muy expuestas al sol. En las personas de piel negra y morena, los carcinomas epidermoides tienen más probabilidades de aparecer en la piel que no está expuesta al sol, como los genitales.

Este tipo de cáncer de piel generalmente crece lentamente y ocurre con mayor frecuencia en la piel expuesta al sol, como la parte posterior de la manos, orejas y cuero cabelludo. A menudo parece una llaga que no cicatriza o una mancha roja y escamosa que se agranda en la piel.