La exposición excesiva y sin protección a la radiación ultravioleta (UV) procedente del sol o de las lámparas de bronceado artificiales, cabinas de bronceado o duchas solares son el principal factor de riesgo para desarrollar carcinoma de células basales (CBC).
La radiación ultravioleta daña las secuencias correctas de ADN en las células basales y, una vez que el ADN se daña, existe el
riesgo de que se repare de manera inadecuada, particularmente si los daños se repiten repetidos pues, la exposición es acumulativa. La piel tiene memoria.
Dado que el daño en el ADN se acumula con el tiempo, el envejecimiento también aumenta el riesgo de BCC. El daño producido producido por los rayos UV durante la infancia y la adolescencia cuando exponemos a los niños al sol a cualquier hora y sin la protección adecuada.
Las personas que trabajan al aire libre o pasan gran parte de su tiempo al aire libre corren un mayor riesgo, especialmente si no están protegidas contra la radiación ultravioleta, al igual que cualquier persona que utilice dispositivos de bronceado artificiales. Las personas con piel de color más claro, especialmente aquellas con piel sensible al sol, con pecas y que se queman rápidamente, corren un riesgo mayor, porque son más susceptibles al daño de los rayos UV.
Sin embargo, no hay que olvidarse de la piel oscura, ya que el BCC ocurre entre personas de todo tipo de piel.
Aunque la exposición a la radiación ultravioleta es el factor de riesgo más notable del CBC, existen otros factores de riesgo o causas menos conocidas. Las personas que tienen un sistema inmunológico debilitado, por ejemplo debido a una
enfermedad, la edad o los medicamentos, corren un mayor riesgo. Incluso las personas que se han sometido a un trasplante de órganos corren un mayor riesgo debido a los medicamentos inmunosupresores necesarios para mantener la la correcta evolución o aceptación de su trasplante. La exposición a sustancias químicas específicas, como el arsénico (del agua de pozo, por ejemplo), el alquitrán o agentes que mejoran la sensibilidad al sol, puede aumentar el riesgo de CBC. Quienes sufren quemaduras graves o tratamientos de radiación, también tienen un mayor riesgo en las áreas con cicatrices afectadas por el trauma.
Además, existen mutaciones genéticas raras, como el albinismo o el xeroderma pigmentoso, que también pueden aumentar el riesgo de padecer BCC.
Estas condiciones genéticas heredadas reducen la capacidad de la célula para reparar el ADN dañado por la radiación ultravioleta.