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El carcinoma de células basales o el comunmente llamado “basalioma” (BCC) es la forma más común de cáncer de piel y generalmente surge por la exposición acumulada a los rayos ultravioleta (UV) durante toda la vida y por repetidos daños a la piel. Como tal, a menudo se encuentra en las zonas de la piel que fueron más expuestas a la luz solar.

La capa superior de la piel, llamada epidermis, está compuesta predominantemente por células basales, células escamosas y melanocitos. Las células basales son pequeñas, redondas y desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento del tejido cutáneo.

Están ubicadas en la parte inferior de la epidermis y a menudo se las denomina “células basales” por su posición y función básica del mantenimiento de la piel sana. Las células basales se replican constantemente para producir nuevas células, que empujan hacia la superficie para renovar la capa superior de la piel a medida que las células moribundas se desprenden. Este proceso es esencial para el mantenimiento de la piel en buen estado, la reparación de daños y la cicatrización de heridas.

Cuando las células basales crecen sin control y se vuelven cancerosas, se convierten en un carcinoma de células basales o BCC. Este tipo cáncer de piel generalmente crece relativamente crece lentamente y suele ser muy tratable cuando se detecta desde el principio, en forma inmediata.

El diagnóstico y la eliminación pueden prevenir la expansión y la desfiguración de la piel. Aunque es raro que el BCC se propague propagarse fuera de la piel creando metástasis, es siempre existe una posibilidad remota, y por lo tanto, siempre se y por lo tanto se justifica una atención inmediata del mismo.